Lo afirmó la esposa de un vecino de 39 años que acudió al hospital con síntomas de coronavirus y fue atendido después de 10 horas. Tuvo que pagar a un laboratorio privado el hisopado.

Empezó con fiebre, dolor de cuerpo y luego perdió el gusto y el olfato. Estuvo aislado en casa. Allí vive solo con su esposa embarazada. Con el correr de los días se fue agravando su situación al punto que al tragar sentía que se le cortaba el aire.

«El lunes fuimos al hospital y vimos la gran cantidad de gente que había. Mandaron por un costado a los que tenían problemas respitratorios, y por ahí llegaban las ambulancias con personas en estado más grave aún. En ese momento, mediodía, mi marido todavía se podía movilizar por sus propios medios, y nos fuimos a casa, hacía mucho calor», relata a EL TINTERO Zunilda, esposa del hombre desplomado en la puerta del nosocomio Juan Domingo Perón, de Tartagal.

El crudo relato continúa. «Un par de horas después hablamos a una clínica y allí pagamos $7.000 pesos para que le hagan el hisopado. También le hicieron una placa y nos recomedaron que vayamos urgente al hospital. En ese momento ya caminaba lento. Llegamos a la guardia y no podía respirar más, ahí se desplomó», cuenta Zunilda.

La imagen del vecino de Tartagal que se viralizó en las redes sociales. La situación en la localidad del norte es muy grave.

Contó que recién en ese momento fue atendido y lo pusieron en una camilla hasta que ayer (martes) a las 10 de la noche lo pasaron a una cama.»Casi 24 horas estuvo en una camilla, mientras el gerente del hospital (Juan López) se llena la boca diciendo que van a llegar más médicos y que el hospital de campaña ya está casi listo».

«El hospital está colapsado, ya con los 19 casos de abuelos y los 16 trabajadores del asilo, el hospital no tiene capacidad para más. Por suerte mi marido fue medicado y hasta el momento no volvió a tener crisis respiratorias. El resultado del hisopado particular todavía no lo tenemos», señaló.

Finalmente pidió la presencia de las principales autoridades provinciales y advirtió que de no haber una ayuda concreta, va a ser un desastre, porque las comunidades originarias son las más perjudicadas. «Necesitamos que el gobernador Sáenz y la minista de salud Medrano de la Serna vengan a Tartagal y sepan lo que está sucediendo porque esto va a ser un desastre».