El coronavirus podría causar una repentina y definitiva sordera, según lo anunció un grupo médico, dando cuenta del "primer caso" que ocurrió en Gran Bretaña.

"Pese a la considerable documentación sobre el covid-19 y los diversos síntomas asociados al virus, hay una falta de debate sobre la relación entre el covid-19 y la audición", advirtieron los expertos. Por esa razón recomendaron que se realicen chequeos en los hospitales, incluso en cuidados intensivos, para aplicar en caso necesario un tratamiento a base de esteroides.

En Inglaterra

Hasta ahora, se señalaron únicamente varios casos en el mundo y los autores del estudio dan cuenta de un hombre de 45 años tratado por coronavirus en un hospital británico.

El paciente, que sufre además asma, fue admitido en cuidados intensivos bajo respiración artificial. Los médicos le suministraron un tratamiento a base de remdesivir (un antivírico), esteroides y de un intercambio de plasma sanguíneo.

El estado del enfermo mejoró pero una semana después de haber salido de la unidad de cuidados intensivos, se quedó sordo de forma repentina del oído izquierdo. Las pruebas determinaron que sus conductos no estaban obstruidos y que sus tímpanos estaban intactos. Fue tratado con corticoides pero solo se restableció parcialmente. Se descartaron otras causas posibles, y los médicos asociaron esta deficiencia auditiva al covid-19.

En los pulmones

Un caso similar fue anunciado en abril de 2020 en Tailandia. Los especialistas destacaron que el SARS-CoV-2, que se instala en un tipo de célula particular que se halla en los pulmones, fue hallado recientemente en células similares en el oído. El virus genera además una reacción inflamatoria y un aumento de la producción de citoquinas (un tipo de proteínas) implicadas en la pérdida de audición, según los autores.

En Argentina

El mes pasado, el Ministerio de Salud de la Nación sumó al dolor muscular o mialgia como nuevo síntoma compatible con coronavirus y destacó que también se podrá confirmar como caso positivo a toda persona que comience con pérdida repentina del gusto o del olfato sin causa justificada.

Por lo tanto, se considera caso sospechoso a toda persona, de cualquier edad, que presente dos o más de los siguientes síntomas: fiebre de 37.5 grados o más; tos; dolor de garganta; dificultad respiratoria; pérdida repentina del gusto o del olfato; cefalea; mialgias y diarrea o vómitos.