Una emocionante historia de profesionalismo, humanidad y fuertes vínculos familiares tuvo lugar en la ciudad de San Ramón de Orán con el caso de una joven que fue sometida a una complicada cirugía cerebral que demandó 12 horas de trabajo en el quirófano, en una operación que tiene pocos antecedentes en la salud pública del interior de la provincia.

La paciente sufrió un ACV hemorrágico el pasado 16 de septiembre producto de una malformación arterio-venosa de fosa posterior, grado 4.

La intervención de alta complejidad se realizó con total éxito en el hospital cabecera del departamento Orán después de un mes y medio la joven volverá a casa.

Abril Cari, la adolescente de 17 años, oriunda de la ciudad de Orán, estaba en casa de una compañera el pasado 16 de septiembre cuando se desmayó. En medio de la desesperación lo llamaron a su papá. "Cuando la vi la angustia me invadió, sinceramente pensé que era algo grave, que agonizaba", expresó Eduardo Cari, de 43 años.

Inmediatamente llamaron a una ambulancia que la trasladó al nosocomio local en el momento sanitario más complejo por la pandemia.

 Abril, ya recuperada luego de la exitosa cirugía.

"Gracias a Dios estaba el neurocirujano Roberto Ruiz Huidobro. Le hizo la primera cirugía y me explicó que el cuadro de mi hija era grave, que había llegado en coma por un ACV hemorrágico de la fosa posterior.

Inmediatamente se sumó el neurocirujano Rodolfo Esparza. "La situación era compleja. Esta cirugía se hizo muy pocas veces en la provincia".

Los profesionales no dudaron un instante y empezaron los estudios necesarios para confirmar el diagnóstico, pero en medio, el equipo médico estaba diezmado, ya que muchos terapistas, enfermeros, instrumentistas estaban aislados por la COVID-19. Si bien el hospital no cuenta con el instrumental necesario, los profesionales se encargaron de conseguirlo mientras realizaban estudios más complejos con el fin de estabilizarla y prepararla para una segunda cirugía.

Lo más emotivo

"Lo más difícil fue cuando Eduardo, el papá, nos dijo: soy viudo. Ella es nuestra única hija", expresó Esparza.

Al momento ambos profesionales pensaron que ella no podía quedar en ese quirófano: estaban dispuesto a darlo todo.

El pasado 19 de octubre estaba todo listo para cirugía que dio inicio a las 8 AM y duró aproximadamente 12 horas. "Fueron demasiadas horas cargadas de estrés, entendiendo que la vida de Abril estaba en nuestras manos y su papá esperaba afuera".

Al otro día recién los profesionales pudieron ver que la joven empezaba a responder favorablemente.

"Estoy convencido de que a pesar de su inconsciencia ella pudo percibir nuestra presencia y el despliegue, porque cuando despertó parecía que nos conocía de hace tiempo", expresó Esparza orgulloso y emocionado de los resultados, ya que a pesar de la grave situación, fueron portadores de buenas noticias para ese padre que no dejaba de rogar por la recuperación de su única hija.

Abril cursa el 5§ año del Colegio de Comercio y vive junto a su papá en el barrio Patrón Costas. A pesar de esta terrible situación por la que le tocó atravesar no tendrá impedimento de cumplir el sueño de convertirse en contadora.

Neurocirugía y proyecciones 

A pesar de todas las dificultades los profesionales ya piensan en la pospandemia y tienen como objetivo poder contar con un servicio de referencia en neurocirugía, formar más profesionales, pero para ello deben contar necesariamente con el apoyo del Ministerio de Salud.

Los doctores Rodolfo Esparza y Roberto Ruiz Huidobro eligieron la ciudad de Orán para desplegar todo su conocimiento en neurocirugía.
Ambos realizaron su especialización en Brasil y trabajan en un sanatorio privado como en el hospital San Vicente de Paúl.
 Antes, una operación de ese tipo, de altísima complejidad, implicaba viajar afuera de la provincia y una complicación para la familia. “La tecnología en neurocirugía cambió para bien. Ahora podemos dar respuestas con seguridad y precisión aquí mismo en Orán”, finalizaron los profesionales.