No es un caso fácil. Hay dos salteños en el banquillo de los acusados. El fiscal está convencido de que mataron al turista francés Mathieu Martin, cuyo cuerpo jamás apareció. Esto es justamente lo que complica el caso.

En la primera jornada declararon los padres y la hermana de Mathieu Martin.

El testimonio de los padres y la hermana de Mathieu Martin, que declararon vía remota desde Francia, tuvieron una fuerte carga sentimental, pero de escaso valor para la causa. Todos señalaron que el joven era atlético, saludable, no poseía vicios y que se caracterizaba por un trato amable.

“Yo no busco un culpable, busco a mi hijo”, dijo la madre del joven.

Los testimonios de la segunda jornada sí contribuyó a inclinar la balanza contra Froilán y Juan Cuevas, imputados como coautores del delito de homicidio simple.

El principal testimonio fue el de un efectivo policial, que trabajaba en el destacamento de Iruya, cuando el francés desapareció. Este efectivo declaró que participó de la búsqueda de Mathieu en Iruya y zonas aledañas. Mencionó que un agente sanitario les mencionó a los hermanos Cuevas.

En una entrevista con Froilan este dijo no haberlo visto al turista desaparecido y una hermana interrumpió. Justamente esta hermana fue quien les dijo que sabía que Juan acompañó al turista hacia la cañada del chorro y volvió solo. Froilán les dijo que tenía temor de Juan.  Al entrevista luego a Juan Cuevas, también negó haberlo visto al ciudadano francés.

Hay que ver qué dice, ahora, esa hermana. Por ahora Froilán y Juan decidieron guardar silencio. Creen que ese silencio es el mejor aliado que pueden tener.