La fiscal Filtrín pidió que se declare al ex obispo en rebeldía porque no respondió a "reiterados llamados telefónicos ni correos electrónicos".
A pesar de que su portavoz desmintiera que está inhallable. La jueza tampoco habría podido dar con el obispo.
Luego de que María Soledad Filtrín, fiscal penal de Violencia de Género y Delitos contra la Integridad Sexual de Orán, solicitara el pedido de captura del obispo Gustavo Zanchetta, un portavoz del obispo aseguró que se presentará a la audiencia y que no está en "rebeldía". Sin embargo, fuentes judiciales insisten con la ausencia del religioso y se informó que tampoco la jueza que presidirá el juicio pudo dar con él.
El próximo miércoles 27 habrá una nueva audiencia en la causa por abuso sexual simple continuado y agravado por ser cometido por un "ministro de culto reconocido" en perjuicio de dos seminaristas. La jueza María Laura Toledo Zamora deberá informarle personalmente al obispo que un tribunal colegiado presidido por ella será el que lo juzgará. Además, la letrada le deberá otorgar el plazo de diez días para realizar cualquier presentación que le parezca necesaria y para que el obispo confirme si su defensa continuará a cargo del defensor oficial Enzo Gianotti.
La fiscal Filtrín pidió que se declare al obispo en rebeldía y le solicitó a la jueza Toledo Zamora su captura internacional porque no respondió a "reiterados llamados telefónicos ni correos electrónicos" desde que volvió al Vaticano en agosto. Fuentes judiciales aseguraron que la jueza también intentó comunicarse con el religioso, aunque habría corrido la misma suerte que la fiscal que investigó las acusaciones y por las que solicitó elevar a juicio.
Más allá de la incomunicación, por otro lado también se deslizó que la jueza esperaría a verificar si el religioso se presentará a la audiencia para recién expedirse sobre el pedido de captura elevado por la fiscal.
Zanchetta sí se presentaría a la audiencia, según lo que indicó el sacerdote español Javier Belda Iniesta mediante un comunicado. El cura se presentó como el portavoz y asesor canónico del obispo y aseguró que Zanchetta no recibió notificación alguna en su domicilio de Argentina. Además, justificó su falta de respuesta en que en el correo electrónico en el que se lo notificaba de la audiencia del 27 no se solicitó "confirmación ni ninguna otra actuación por su parte".
No obstante, al pedir la captura internacional, la fiscal Soledad Filtrín hizo hincapié en que las vías de comunicación que el religioso le proveyó al juez Claudio Parisi como garantía para que lo dejaran volver al Vaticano no obtuvieron respuesta, por lo que solicitó la declaración en rebeldía. El argumento laboral también fue esgrimido para volver a Roma, a lo que el juez Parisi hizo lugar, a pesar que el mismo Vaticano indicó que estaba separado de su cargo como asesor de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (inmobiliaria de la Iglesia). Zanchetta presentó un certificado laboral firmado por Edgar Peña Parra, "la mano derecha del Papa", según indicaron periodistas del Vaticano.
Belda Iniesta además criticó que se hayan dado a conocer las pericias psicológicas y psiquiátricas que indicaron que el obispo "presenta personalidad con rasgos psicopáticos". El profesor de Derecho Canónico de la Universidad Católica de Murcia argumentó su oposición por los principios de "inocencia" y catalogarlo como del ámbito de la "intimidad". "Sin que haya sido sometida aún a la comprobación en contradictorio; se favorece así la creación de una imagen negativa (...) que está aún por demostrar, además de obviar principios elementales de intimidad y presunción de inocencia", indicó al mismo tiempo que advirtió que Zanchetta es el "primer interesado" en que se sepa "toda la verdad" y se vean limpiados su "buen nombre y fama".