“Vecino, vecina no sea indiferente los curas violan en la cara de la gente”.
La colectiva de Mujeres Oran se pronuncia ante el regreso a nuestra ciudad del ex obispo Gustavo Zanchetta.
La colectiva de Mujeres Oran se pronuncia ante el regreso a nuestra ciudad del ex obispo Gustavo Zanchetta.
En el año 2015 dentro de la diócesis de la ciudad de Quilmes fue denunciado por laicos a raíz de malversación de fondos, a pesar de esa situación fue trasladado a nuestra ciudad aunque pocxs entendían él porqué. En el año 2016 cinco sacerdotes de la diócesis de Oran lo denunciaron ante la nunciatura por desmanejos económicos, estas denuncias continúan aun su debido proceso dentro de la iglesia, ese mismo año también fue acusado de acoso a seminaristas aunque estos no fueron escuchados. Todo esto genera que en el año 2017 el religioso deja su cargo en la ciudad para viajar sin que nadie supiera a Roma, donde fue escondido por el Papa Francisco dentro del vaticano, quien lo nombró como consejero de Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica.
En febrero del 2019 fue denunciado penalmente ante la justicia por abusar sexualmente de al menos dos seminaristas de San Ramón de la Nueva Oran, estos son los casos por los cuales hoy el ex obispo regresa ante el silencio de muchxs a nuestra ciudad, y además aflora nuestra enorme preocupación por la liviandad con la que la justicia, los medios de comunicación hegemónicos y demás instituciones han tratado los casos. En su gran mayoría los casos de abuso sexual perpetuados por religiosos aun no tienen condena, desde el 2002 hasta ahora en nuestro país más de 66 curas han sido acusados por violaciones pero solo tres han sido sancionados por la iglesia.
Repudiamos enérgicamente la impunidad y complicidad con la que la iglesia se maneja en toda la provincia, que ocultó el abuso de poder ejercicido por el ex obispo y otras autoridades durante muchísimo tiempo. Tenemos rabia, mucha rabia por las sistemáticas y silenciadas violaciones a los derechos de mujeres, niñxs y jóvenes, esa rabia elegimos convertirla en fuerza de lucha contra todo ese sistema patriarcal y crerical.
Acompañamos y abrazamos a quienes tuvieron la valiente decisión de denunciar los abusos sufridos por Gustavo Zanchetta durante su paso por la institución eclesiástica, y exigimos que la justicia actúe rápidamente ante las denuncias. ¡Lo queremos preso!, preso junto con toda su moral y ética cristiana.