Salta: 12 años de prisión para el cura Rosa Torino
La fiscal pedia 22 años de carcel y fue condenado a 12 años.
Luego de casi dos semanas de juicio, el cura Agustín Rosa Torino fue condenado a 12 años de prisión por los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante por la duración agravado por ser ministro de culto reconocido, en perjuicio de Yair Gyurkovitz y Valeria Zarza, y abuso sexual simple agravado por ser el autor ministro de culto reconocido, en perjuicio de Jonatan Alustiza. La Sala IV del Tribunal de Juicio de Salta, presidida por el juez Maximiliano Troyano, dispuso que el cura sea alojado en el Servicio de Sanidad de la Unidad Carcelaria N° 1 del Servicio Penitenciario, luego de haber sido beneficiado con prisión domiciliaria. La fiscalía había solicitado una condena de 22 años; un sector de sobrevientes de sus abusos reclamaba cadena perpetua.
Las maniobras de la justicia salteña para salvar a Rosa Torino se vislumbraron apenas se conocieron las primeras denuncias, y debieron pasar 6 años para llegar a esta instancia. En cambio, cuando Valeria Zarza -una de las denunciantes contra el cura- recibió una ´contra-denuncia´ por parte de una allegada al cura, la justicia actuó rápidamente y, finalmente, fue sobreseída. A los inicios del juicio, dos de los tres denunciantes debieron declarar en los tribunales cercanos a sus domicilios y no en el tribunal de Salta, vía Zoom, ya que la justicia resolvió un juicio cerrado y se opuso a su trasmisión; los sobrevivientes rechazaron el hermetismo. Durante las declaraciones de los testigos, el juez Troyano no permitía que se explayaran en las denuncias de todo tipo de abusos, no solo sexual. El tribunal acalló y no dio lugar a las declaraciones de los testigos que evidenciaban los vínculos del cura con el poder político salteño, mencionando a Juan Carlos Romero, ex gobernador de Salta y actual senador nacional, y al exintendente capitalino, Miguel Isa, también ex vicegobernador durante el mandato de Juan Manuel Urtubey. Estos eran los principales financistas de la congregación de Rosa Torino, en Salta. También se vinculó al párroco con el narcotráfico.
El encubrimiento clerical y de la justicia ha sido clave para el resultado del juicio y la condena atenuada que recibió Rosa Torino. El arzobispado salteño guarda celosamente las demás denuncias contra Rosa Torino, quien continúa siendo sacerdote. La curia de la provincia solo ha entregado los archivos que tomaron carácter penal. Salta tiene alrededor de siete curas denunciados por abusos sexuales, hasta ahora solo Rosa Torino ha recibido sentencia. La justicia se siente obligada a encubrir los abusos eclesiásticos, como parte de un régimen social que se asienta en la institución de la iglesia para disciplinar a la clase obrera salteña.
La conquista de esta sentencia, más allá de sus maniobras, es el resultado de la lucha de años de los sobrevivientes que se agrupan para hacer justicia contra la violencia de todo tipo a la que fueron sometidos. Seguimos peleando por el juicio a Emilio Lamas y que se avance en la investigación de denuncias a los curas como Aguilera, Zanchetta, entre otros. La justicia clasista que apaña curas pedófilos debe ser desmantelada y electa, con revocabilidad, por el voto popular bajo control de los trabajadores. La separación de la iglesia del estado es una lucha pendiente para enterrar la injerencia clerical y sus negociados en todos los ámbitos del desarrollo del ser humano, a través del estado.