Argentina campeón. Gonzalo Montiel, con sangre de gladiador y la increíble cábala de su madre
El defensor recuperó su nivel en la noche mágica del Maracaná, con un corte profundo en una pierna, pero con su espíritu de gladiador
Nunca le sobró nada a la familia Montiel, allí en González Catán. Papá Juan, albañil. Mamá Marisa, empleada doméstica. Saben lo que es vivir el día a día. El esfuerzo. El valor del trabajo. Tienen dos hijos: Jaqueline Soledad, de profesión policía, y Gonzalo, futbolista, que siguió el camino que le marcaron desde chico. Con valores. Nada le fue fácil y para todo le puso, como dicen en el barrio, alma y corazón.
Si a muchos les había llamado la atención la sangre en un tobillo de Lionel Messi durante la semifinal de la Copa América ante Colombia, más se deben haber horrorizado al ver la pierna derecha de Gonzalo Montiel en la última media hora de la histórica final con Brasil en el Maracaná. Con una media cada vez más roja. Aunque del mismo modo contemplaban el espíritu de gladiador del defensor, que en una noche mágica volvió a ser el jugador que en los últimos años sorprendió con su evolución y se ganó un lugar en la selección argentina.
No venía bien Montiel en los últimos dos meses, al punto de que el DT Lionel Scaloni alternó en su puesto con Nahuel Molina, de muy buenos desempeños, salvo en la semifinal ante los colombianos, donde padeció frente a las fintas y velocidad de Luis Díaz. Bueno, Montiel tampoco la pasó bien en el segundo tiempo de ese partido. Pero el entrenador creyó, confió en la experiencia del lateral de River. Un defensor que era central, pero a quien Marcelo Gallardo transformó en marcador sobre el sector derecho y los bautizó “El Bombero”. Y nunca más abandonó esa posición.
¿Se había olvidado de jugar Montiel? No. Ocurrió que el 2021, después de su excepcional actuación en Brasil frente a Palmeiras, en la revancha de las semifinales por la Copa Libertadores en la que fue más caudillo que los caudillos millonarios, le tendió varios obstáculos. Primero fue una mononucleosis. Luego, el Covid-19. Físicamente pareció no estar recuperado para hacer su habitual despliegue. Hasta le hizo perder confianza. Pero volvió en la noche consagratoria del Maracaná. Y entregó todo. Incluso su sangre. Se bancó como pudo a Neymar y se peleó con el crack del PSG. Después le marcó la cancha a Vinicius Jr, delantero de Real Madrid. Fue a cada cruce sin escatimar la pierna y hasta se ganó una amonestación. Y cada vez con mayor cantidad de sangre en su pierna derecha. ¿Pedir el cambio? No está en su sentir. Por eso siguió hasta el final. Y se dio el gusto de sumar su noveno título como profesional. Apenas con 24 años.
A lo lejos, por TV, sus padres siguieron su consagración. Juan, tratando de cuidarse de un problema de presión arterial (¿cómo hacerlo en una final contra Brasil?), mirando el partido en la habitación. Y la madre, en la cocina. Aunque con una particularidad: no ve los ataques del equipo de su hijo. ¿Cómo es eso? “Sí, es así. Yo miro el partido cuando el rival tiene la pelota. Sean los rivales de River o de la selección. Pero cuando la tiene nuestro equipo, bajo la cabeza, dejo de mirar el partido. Es mi cábala. Mi marido no me aguanta durante los partidos. Entonces, cuando yo escucho los gritos de él desde la pieza, sea por un gol o por una jugada de peligro, levanto la mirada y vuelvo a mirar la tele. Jaja, me da resultado”, confesó. “¿Los goles? Los veo cuando los repiten”, agregó.
¡Vaya si tendrán orgullo Marisa y Juan! Se emociona la mamá cuando, desde una entrevista por TyC Sports, le preguntan si es cierto que sus primeros sueldos Gonzalo se los dio íntegros a ellos. “Sí, es verdad. Gonzalo nos dio esos pesos para ayudarnos a construir la casa en Ezeiza. Ese es mi hijo”. El hijo al que acompañaba religiosamente a las prácticas en Villa Martelli todas las mañanas. El hijo que un día los sorprendió con los pasaportes y un mensaje-invitación: “Se van a Madrid”. Ellos nunca habían salido del país y los esperaba la definición de la Copa Libertadores 2018 contra Boca en el Bernabeu. Un hijo que decidió que todavía no es tiempo de emigrar en busca de un futuro en euros, que podría darle una mayor seguridad a sus padres, sino que apostó por continuar en River unos años más pese al interés de clubes europeos. ¿Qué harán sus padres si Gonzalo se va? “La verdad, jeje, todavía ni lo pensé. No tengo idea. Hará lo que él decida. Nosotros no sabemos. Esperemos ese momento”, respondió Marisa.
Gonzalo Montiel, el de la pierna sangrante. El que una noche dejó atrás los fantasmas de la mononucleosis y del Covid-19 y respondió a la confianza del entrenador en la final que cortó con 28 años sin títulos para la selección. Sangre de campeón. Literalmente.