Ello en el marco de la audiencia que encabezan los jueces de la Sala II del Tribunal de Juicio de Orán María Laura Toledo Zamora, Héctor Fabián Fayos y Raúl Fernando López contra Ricardo Raúl Rojas, José Martín Castillo, Alejandra Beatriz Núñez, Norberto Roque Mendoza, Matías Francisco Sarmiento, Enzo Javier Quiroga y Daniela Fernanda Liborio, por el homicidio de Raúl Fernando Martínez, hecho cometido el 6 de mayo de 2017 y la tentativa de homicidio en perjuicio de Ricardo Adrián Gerónimo ocurrido el 1 de mayo de ese año, en las calles de San Ramón de la Nueva Orán.

Gerónimo dijo que no se presentó antes porque el año pasado había recibido amenazas de muerte de parte de la pareja de Rojas, de nombre Sandra, quien le dijo “fíjate que vas a declarar porque te vamos a matar”. Ante esto, la fiscal Viazzi pidió que se corra vista a la fiscal en turno.

Declaró que conocía a la otra víctima, “Lalo” Martínez, que había sido su cuñado. Además trabajan juntos como “bagayeros”. Aclaró que antes trabajaba para Rojas. Con él tuvo problemas por culpa de su mujer, que incluso lo había apuñalado 4 o 5 veces en Bermejo en el año 2013 o 2014 pero que no lo denunció porque tenía problemas con la justicia y que había un pedido de captura en su contra. Agregó que pese a ese problema, siguió trabajando con Rojas hasta el 2016, año en que se fue con su amigo “Lalo” Martínez.

En relación al hecho, Gerónimo recordó que volvía en su auto desde una sandwicheria. Al bajarse, vio a un muchacho vestido con ropa deportiva y una gorra pasar por el frente de la casa, lo saludó, y le dio la espalda. Al abrir la reja sintió el ruido de un arma y luego cayó herido por las balas. Fueron trece los disparos, pero le impactaron seis: tres en la columna, dos en las costillas, uno en la pelvis, y otro en la pierna. Luego de esto, el agresor se dio a la fuga en un auto blanco donde iba otro hombre. Antes había visto ese auto estacionado en la esquina de su casa.

Cuando estaba internado, su hermana y su papá le contaron que la enfermera había atendido una llamada por teléfono donde un hombre pregunto por su estado de salud y se hizo pasar por un familiar. Por ello le preguntó a su hermano, que vive en Salta, si había sido él quien llamó, pero éste dijo que no. Agregó que “fueron otros dos changos a preguntar al hospital, para ver como estaba y que no sabían quienes eran”.

Dijo que el arma con que lo atacaron era una 9 milímetros. Lo sabe porque su pareja le mostró uno de los casquillos que había recogido del lugar.

En relación a “Lalo” Martínez refirió que tenía problemas con Rojas porque sabía que andaba hablando mal de él, y que decía que si se perdía droga o algo en Bolivia, el culpable era Martínez.

Recordó que una vez, mientras trabajaba para Rojas, le había presentado a dos tucumanos y le había dicho que si tenía algún problema, o si había que matar a alguien, ellos lo podían hacer.

Señaló que Martínez también le había contado dos o tres meses antes de su muerte, que una vez había llegado a su casa y al bajarse de su camioneta habían dos “changos” esperándolo, que lo atacaron con un arma, pero que logró. Dijo que sospechaba del esposo de su ex mujer que vivía en Jujuy, y que los había mandado él, porque decía que se le había perdido droga y lo culpaba a Martínez.

A preguntas, contestó que sólo conocía a Rojas. Negó conocer a Quiroga, Mendoza, Sarmiento, y Liborio. En relación a Castillo, apodado Pucho o Tucumano, dijo que fue Rojas quien se lo presentó. En ese sentido, dijo que supuestamente venía a trabajar y estar disponible por cualquier cosa o problemas que haya con alguna gente. Especificó  que se lo presentó como sicario. Dijo que en ese momento estaba con su hermano y preciso que eso fue en el 2016.

Para la tarde está prevista la declaración de diez testigos, entre ellos la viuda de Martínez, quien estuvo presente al momento del hecho sucedido 6 de mayo de 2017.

Como se recordará, Rojas y Mendoza llegaron a juicio imputados por el delito de tentativa de homicidio doblemente calificado por promesa remuneratoria y por el número de partícipes y agravado por la utilización de arma de fuego en calidad de coautores en perjuicio de Gerónimo, mientras que Quiroga, Sarmiento y Liborio están imputados por tentativa de homicidio doblemente calificado por promesa remuneratoria y por el número de partícipes y agravado por la utilización de arma de fuego en calidad de partícipes necesarios en perjuicio de Gerónimo.

Rojas y Castillo a su vez están imputados por homicidio doblemente calificado por promesa remuneratoria y por el uso de arma de fuego en perjuicio de Martínez, mientras que Núñez llega a juicio imputada como partícipe necesaria del delito de homicidio doblemente calificado por promesa remuneratoria y por el uso de arma de fuego en perjuicio de Martínez.

En la audiencia de debate intervienen las fiscales Claudia Cecilia Carreras y Mónica Viazzi. Los siete imputados serán asistidos por cinco defensores particulares, mientras que Núñez y Quiroga estarán representados por el Defensor Oficial Federico Gil Neuber.