RECLAMAN UN PROTOCOLO PARA LOS EVENTOS SOCIALES EN SALTA
Empresarios del rubro están vendiendo su capital de trabajo. Con un simulacro de fiesta, pidieron que se permitan los eventos.
Salteños que trabajan en distintos rubros relacionados con la organización de eventos se manifestaron ayer afuera del Centro Cívico Grand Bourg para reclamar una política de apoyo al sector, tras más de siete meses de paralización por la pandemia de COVID-19. Hicieron un simulacro de cena afuera de la Casa de Gobierno para llamar la atención de los funcionarios.
"Presentamos un protocolo y no tuvimos resultado. Necesitamos que nos den una propuesta alternativa que nos permita comenzar a trabajar", manifestó a El Tribuno Carolina Salinas, propietaria de una pequeña empresa de catering.
La referente cuestionó que se haya habilitado la actividad de restaurantes, que pueden servir mesas para decenas de clientes al mismo tiempo, pero que no se permita una reunión en un salón de eventos con el mismo protocolo de prevención.
"En todo este tiempo no hemos recibido ningún subsidio, a excepción de algunos trabajadores relacionados con el rubro que obtuvieron apoyo por la parte de Cultura. También nos llegaron algunos bolsones, que repartimos entre los que están en situación más crítica, como una decoradora que no pudo seguir pagando el alquiler y está viviendo en un asentamiento con sus dos hijos, o mozos que están trabajando como cadetes", señaló Salinas.
Los organizadores de eventos dispusieron mesas preparadas como para un evento afuera del Centro Cívico Grand Bourg ayer a la mañana. El objetivo era demostrar en la práctica cómo podría hacerse un evento "boutique" de hasta 30 personas, respetando el distanciamiento y con un mozo por mesa.
En el rubro se trabaja fuerte desde julio a febrero para sobrevivir en los meses más flojos, que en general son marzo, abril y mayo. Las reservas que les habían quedado a algunos, se agotaron hace tiempo y muchos ya empezaron a descapitalizarse.
"Yo hacía todo tipo de fiestas, como casamientos o cumpleaños de 15. Ya tuve que vender las mesas, las sillas y no sé cómo voy a seguir", contó Carolina Salinas.
La protesta de ayer surgió de Atesa (Autoconvocados Trabajadores de Eventos de Salta), que nuclea a 30 rubros relacionados con los eventos, como catering, iluminación, musicalización, animación, alquiler de vajillas y salones. Los referentes lograron dialogar con un funcionario de la Gobernación que les prometió una nueva reunión para analizar alguna vía de solución.
Desde la Municipalidad de Salta, en tanto, pidieron ayer que se habiliten los eventos corporativos y cenas de fin de año con las medidas de bioseguridad necesarias.
"Ante la difícil situación que atraviesa el sector del turismo de reuniones y los eventos sociales debido a la pandemia por COVID-19 y en búsqueda de un equilibrio entre lo sanitario y lo económico, el municipio capitalino propone la reactivación de las reuniones y eventos", se difundió.
La comuna comunicó también que llevará un registro de los establecimientos autorizados para estas actividades, cuyos responsables deberán realizar la capacitación para el sello Salta Ciudad Responsable y someterse a controles periódicos.